Síndrome de Asperger

Ramón Hernàndez,

El síndrome de Asperger es un trastorno generalizado del desarrollo, por lo que se caracteriza por la presencia de un conjunto de síntomas relacionados, más que por la de un único síntoma aislado. Entre sus características habituales se encuentra la presencia de un deterioro cualitativo en la interacción social, así como de patrones estereotipados y restringidos de comportamientos, actividades e intereses. No se observa un retraso clínicamente significativo en el desarrollo cognitivo, y tampoco se producen retrasos en la adquisición del lenguaje. También resulta habitual la presencia de preocupaciones intensas acerca de algún tema concreto, verborrea unidireccional, una restricción de la prosodia o cierto grado de torpeza física, pero estos síntomas no son requisitos indispensables para que pueda realizarse el diagnóstico. El síndrome de Asperger se manifiesta de diferente forma en cada individuo pero todos tienen en común las dificultades para la interacción social, alteraciones de los patrones de comunicación verbal y no-verbal, intereses restringidos, inflexibilidad cognitiva y comportamental, dificultades para la abstracción de conceptos, coherencia central débil en beneficio del procesamiento de los detalles, interpretación literal del lenguaje, dificultades en las funciones ejecutivas y de planificación, la interpretación de los sentimientos y emociones ajenos y propios. Principales características:
  • Interacción social y afectividad:
    • Egocentrismo inusual, con muy poca preocupación por los demás y falta la conciencia del punto de vista de los otros.
    • Falta de empatía y poca sensibilidad hacia los demás.
    • No sabe demostrar cuándo le interesa una persona.
    • Relaciones sociales muy limitadas, en los niños o adolescentes torpe interacción con sus compañeros.
    • Ingenuidad y credulidad.
  • Intereses restringidos y repetitivos:
    • Intereses e inquietudes muy acotados o circunscriptos que persigue obsesivamente pero en soledad, como por ejemplo, la recolección de datos o cifras obsesivamente sin ningún valor práctico o social.
    • Excentricidad, cuya vida se caracteriza por una rutina rígida, sistemática y cuyo mundo se podría reducir, por ejemplo, a los horarios de los trenes o la colección de sellos.
  • Lenguaje y discurso:
    • Lenguaje formal, pomposo o pedante, con dificultades para captar un significado que no sea literal.
    • Problemas de comunicación con los demás, poca preocupación por la respuesta del otro,
    • Falta de comunicación no verbal, impasividad, evitar mirar a los ojos del interlocutor.
    • Hablar con una voz extraña, monótona o de volumen no usual.
    • Falta de conocimiento de los límites y de las normas sociales.
  • Actos ritualizados:
    • Rutinas y rituales muy poco usuales que no soportan el menor cambio pues esto genera inmediatamente una ansiedad insoportable.
Cualquier desarrollo de un interés, a diferencia del resto de la población, se disfruta exclusivamente en soledad. El síndrome puede llegar a distorsionar de tal manera las relaciones sociales de la persona con SA y sus compañeros o familia que éstos pueden sentirse enfurecidos por estar frente a una persona insensible, centrada en sí misma y con una rigidez inflexible.

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